Otra vez vuelvo a pasear por el
Parque Lineal, en este agosto madrileño tan cargadito de bochornos climáticos y
sociales. Pensaba titular esto “Reconexionándome (desconéctatres)”, pero he
pensado subir el número de visitas (anda baja la autoestima blogera)
titulándolo “Sexo gratis y salvaje”, como el que practican estos bichejos.
Veremos la respuesta del ciberpueblo.
Todavía resuenan en mi memoria los mensajes que,
el último sábado vacacional, lanzaban los propagandistas del consumo.“Colofón de máxima velocidad para tu zapatófono de última generación”,
o similar, gritan por el televisor. Siempre inventando artilugios para nuestro bienestar, como este urinario "ecológico". Como nos miman.
Se llenan las carreteras de
coches que huyen de las ciudades hacia las zonas rurales, es fin de semana. El
calendario se acerca a fin de mes, y hay que hacer balance y presupuesto de lo
vivido y por vivir. Los días de vacaciones volaron. Hay que atrapar las últimas imágenes, antes de regresar a las rutinas.
La ilusión de la desconexión se
diluye y vuelvo a reconexionarme en cuerpo y alma a lo que tanto critico y de
lo que tanto dependo: mis circunstancias civilizatorias.
Desde una vieja casa del siglo
XVII levantada con vigas de enormes árboles y
muros de cantos rodados en argamasa caliza, empecé esto que ahora
termino desde mi pisito celdilla con vistas a las celdillas de enfrente. Ya no
son los insectos sobre los frutales y el canto de los pájaros quienes animan el
paisaje tras la ventana, si no el rumor de los motores y la chiquillería
proletaria corriendo por las aceras o escalando contenedores.
Ya no tengo problemas para captar
una güifi bajo los nogales rodeados de robles y perales. Mis problemas
cibercomunicativos han sido resueltos. Incluso me he apuntado a eso del
esmarfone para disponer de “datos” continuamente. Y sin embargo la sensación de
soledad parece mayor rodeado de tantos compañeros, vecinos, conciudadanos,
amigos feisbú y demás conocidos. Raro que es uno. Como ese alcaudoncillo despistado entre el bordillo y la pradera, esperando el cebo de su mamá, nos parece un gorrión pero es una de las rapaz bastante voraz.
Y erre que erre, vuelvo a aparearme
salvajemente con las pantallitas de una manera gratuita."Dime de que presumes, ....."
¡Tío, esto del sexo en Internet es que es lo que más se visita!
ResponderEliminarEfectívamente. He superado todas las estadísticas. Curiosamente en la última semana he tenido 47 visitas desde ...Letonia!! Hombre blanco joderlo todo, o por lo menos lo intenta.
EliminarSigue cuadruplicando el número de visitas de la siguiente más visitada, un año después. Pero es evidente que defrauda al visitante. Apenas un comentario.
ResponderEliminar