Acabo de tener una de esas
conversaciones que a todo viejo le gusta mantener con un joven, sobre el
sentido de la vida desde Sócrates, Pitágoras, la lógica filosófica y la matemática
que rige la informática, hasta llegar al grafeno y las soluciones tecnológicas
que nos inundan.
Venía yo inspirado por el paseo
en el Parque Lineal de las Palomeras (sin palomeras), viendo los hermosos
colores anaranjados y azules de estos atardeceres madrileños entre los últimos
trinos de los mirlos, las blancas líneas de los reactores en el cielo y el
despistado vuelo de un murciélago en enero; “asinque le jarreao una chapa al
zagal, qué . . ” (bueno, … a decir verdad, ha sido él quien me ha largado su
sapiencia).
Yo, que me iba a profundizar en
el conocimiento de los chakras, he terminado reconociendo que me iría a
escuchar el partido de la Supercopa de España que se celebra en Arabia (por eso
de la globalidad, creo). Al final he optado por el término medio y me pongo con
la primera entradita de este 2020 (¡Feliz Año!).
Después del atracón de comidas y
cenas, de roscones y polvorones, de fiestas y reuniones, han llegado los Reyes
Magos de Oriente con un nuevo gobierno al que ya le hemos mandado nuestras
cartas pidiéndole lo qué queremos (ya sabemos lo qué pasa con estas cartas).
Hay quien se empeña en verlos como los Picapiedra (Pedro, Pablo, Vilma y
Betty), pero a mí me se me parece más a un multicolor jilguero que se ha
escapado de la jaula (hay por lo menos 6 ó 7 colorines parlamentarios), como el
que he visto esta mañana picoteando las semillas de las “malas hierbas”.
Un matrimonio que paseaba a sus perritos
(o viceversa) se ha fijado en el Carduelis carduelis, y mientras la maternal señora ha exclamado “¡qué
bonito pajarito!”, el señor ha dicho “es un jilguero, seguro que se ha escapado
y no vuela”, y se ha lanzado a atrapar al pajarillo.
No he visto lo que ha
pasado, al llevar la cabeza por un lado y los pies por otro he pisado una
hermosa mierda de perrazo en medio del camino, y se me ha disipado toda la
reflexión sociológica. ¿Será un mal presagio de este año bisiesto? O ¿será
buena suerte? De momento, mucha mierda en mi suela Vibram antideslizante de mis zapatillas Mamut made in Vietnam, un palito y mucha paciencia.
Bueno, la suma del valor humano de los personajes no está mal. Por un lado dos generaciones sensibilizadas, una pareja amante de los animales, patoserías aparte y, como no podía faltar, el hijoputa, que no recoge el zurullo de su perro.
ResponderEliminarAy gorrión, como bien sabes, los humanos no recogemos nuestros zurullos, los mandamos al río que va a la mar, con 10 litros de agua de manantial.
ResponderEliminarRazón tienes. No estuvo mal.