domingo, 20 de noviembre de 2011
Reflexiones e imágenes otoñales.
Si la abeja es capaz de orientarse por el dulzón aroma de la flor del níspero, en medio de los fétidos humos urbanos y el huracán invisible de ondas electromagnéticas que inundan nuestros termiteros hogares; es que todavía puede hacerse la luz en medio de la penumbra.
Si cuando el suelo se cubre de castañas, todavía quedan personas que disfrutan leyendo en contacto con la naturaleza, en esta época en la que las ciudades cercan a los bosques, es que aún quedan rescoldos en la hoguera de la esperanza.
Tanto ponerle puertas al campo, tanto "amor" por los animales que hasta los enjaulamos para nuestro disfrute; debería hacernos reflexionar sobre nuestro propio enjaulamiento social. Creo.
Mientras habitamos cuevas artificialmente iluminadas planeando vivir noches "salvajes", nos olvidamos de las noches de luna llena, perdidos en la jungla de ladrillos. Tan perdidos como la cigüeña que nada entiende de señales de antena. Mientras, el sol se pone para todos los seres, independientemente de lo sapiens que puedan creerse.
Nos han hecho creer que el ruido y la escapada es lo mejor para nosotros, que nuestras obras y diseños son bellos. Nos creemos, como la hormiga con alas, las futuras reinas de este hormiguero urbano, .... antes de terminar siendo el aperitivo de algún depredador.
Asi es, que cuando veo volar a un pájaro libre en el atardecer metropolitano o la hermosura matemática y de ingeniería de una tela de araña, no alcanzo a comprender por qué nos obsesionamos con envenenarlo todo, incluso la tierra que nos da los alimentos.
Ni los más grandiosos monumentos a los guerreros, ni los más fastuosos palacios de los reyes, nos darán tanta tranquuilidad de espíritu y equilibrio cuerpomente como el contacto con la naturaleza. Creo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A mi también me gusta tu blog. Como tú bien dices, compartimos muchos momentos entre la naturaleza, prioritariamente urbana, que es la mas próxima a donde vivimos. Perdona por responderte tan tarde, he estado fuera de mi domicilio.
ResponderEliminarTe seguiré.
Un saludo, amigo
Paco Torralba
urbenatura.blogspot.com
Perfecta sincronía entre tus palabras y la captura de tu retina.
ResponderEliminarVoy a leerlo otra vez y luego a pensar...a ver si puedo (pensar, digo)
Abrazos peazo artista!
Me alegra ver que tienes esperanzas en el ser humano. Vivimos en una extraña paradoja, se destruye el hogar (planeta Tierra) que nos acoge. Pensamos que eso lo hacen los que quieren sacar provecho económico, pero, también cada uno de nosotros al no hacernos responsables de la parte que nos toca.
ResponderEliminarBellas imágenes.
Como abeja, me dejo llevar por los olores del otoño, los colores y la luz que los sustenta.
Besos