En este tiempo fronterizo que es el verano tardío, cuando las agostadas vacaciones van cayendo del calendario y los bosques de hojas caducifolias comienzan su viaje del verde hacia el otoñal marrón; me quedo meditabundo ante la “tecnológica” isla descubierta por los ánades reales en uno de los lagos del Parque Lineal, mientras camino descubriendo contraluces en compañía de un viejo amigo.
Trastocado queda mi ser al contemplar las “inversiones de futuro” para traer contaminadas aguas a este parque urbano, al que le ha crecido una verruga de cemento con alma de acero y le han tronchado los tres últimos ginko biloba, árbol milenario único en el mundo, que cayeron en un mal sueño de una noche de verano. El homo sapiens y su dominio del medio, enésimo capítulo.
Respiro profundamente tratando de comprender mi contradictoria existencia en este viejo planeta, cual cotorra tropical perdida en la gran ciudad o saltamontes cojo esperando su incierto futuro sobre el transitado sendero. Instintivamente mi cerebro trata de engancharme a la belleza de la vida en el mágico horizonte de las colinas, en la ingenua mirada de un alcaudoncillo que se despereza al nuevo mundo o en el colorido de una adelfa que inunda con su dulzón aroma el áspero aire urbano.
En mi retorno al cobijo, observo una vez más a los indignados árboles de acera en sus torturados alcorques resecos por el público abandono y regados con basura, donde la germinación de semillas había creado una pequeña olmeda tratada con herbicidas. Otra vez ...
Hace unas semanas aparecieron unos 180 cartelitos en otros tantos árboles del barrio, reclamando respeto y agua. Curiosa coincidencia.
Como en otras ocasiones, al publicar el comentqario que te he echo, se me ha borrado. ¿Leches!
ResponderEliminarAhora toca repetir, aunque nunca será lo mismo.
Pues quería yo decirte, que el parque, como el simil de lo que le está pasando a la humanidad. En él se da el encuentro entre la muerte y la vida, la destrucción y la germinación de nuevas semillas.
En estos tiempos de profundos cambios, tanto políticos, medioambientales, socioculturales, en los cuales, se da el campo propicio para un nuevo renacer del ser humano, en una sociedad más justa. ¿Es ésto posible? No lo sé, lo que sí creo es que un gran número de personas, se están cuestionando un cambio interior y son la suma de estos cambios individuales, lo que nos permitiran un salto cuantico en la sociedad.
Hermosas fotos. Como siempre. Gracias por captar en imágenes la belleza que nos rodea.
Besos Anais
Como en otras ocasiones, al publicar el comentario que te he hecho, se me ha borrado. ¿Leches!
ResponderEliminarAhora toca repetir, aunque nunca será lo mismo.
Pues quería yo decirte, que el parque, como el simil de lo que le está pasando a la humanidad. En él se da el encuentro entre la muerte y la vida, la destrucción y la germinación de nuevas semillas.
En estos tiempos de profundos cambios, tanto políticos, medioambientales, socioculturales, en los cuales, se da el campo propicio para un nuevo renacer del ser humano, en una sociedad más justa. ¿Es ésto posible? No lo sé, lo que sí creo es que un gran número de personas, se están cuestionando un cambio interior y son la suma de estos cambios individuales, lo que nos permitiran un salto cuantico en la sociedad.
Hermosas fotos. Como siempre. Gracias por captar en imágenes la belleza que nos rodea. Quizás lo único que la avaricia del ser humano, no han podido comercializar, porque son los ojos los que contemplan, y no hay mayor obra de arte que la que la naturaleza nos ofrece.
Besos Anais