En la cotidiana convivencia de dos mundos dispares, surgen tormentas que amenazan con inundar la barca de la común travesía. Las emociones se disparan matando a la razón y nuestro cerebro reptiliano se hace con los mandos de nuestro ser. Más que homo sapiens parecemos lagartijas luchando por el poder de nuestro ego.
Es el momento de tomarse un respiro, enfriar el recalentado disco duro y salir a pasear. Las playeras y al Parque Lineal. Nada más salir me encuentro con un grupito de mujeres ancianas que compiten por demostrar cual está más enferma, quien tiene más achaques y cual ha pasado la peor aventura hospitalaria. Mis "problemas" domésticos, pasan a ser una jilipollez en un instante. Respiro y observo la luna casi tan llena como cuando la fotografié hace cuatro semanas. Entre la bruma contaminante civilizada y el salvaje cielo, se extiende la escasa tierra arbolada.
Gracias por permitir acompañarte en este paseo y en tus reflexiones, perfectamente descritas y que son parte de la vida diaria y cotidiana. Lo mejor, la descarga qe despues se experimenta, paraciera que se regresa con un nuevo aire y las pilas cargadas para la siguiente etapa.
ResponderEliminarSaludos y gracias por tu comentario sobre el muro, que comparto plenamente. Yo también leía las "Hazañas Bélicas" (manda gúevos que diría el otro).
Comparto contigo el agradecimiento a todas las personas que forman mis amistades, mi familia, creo que de ellas recojo reflejos de mi misma, y me hacen sentir que estoy en casa.
ResponderEliminarHermosas imágenes, sin duda también son reflejo de quienes las contemplan.
Feliz vuelta a la "normalidad"
Besos amigo
Anaisay