sábado, 11 de abril de 2020

Paseo encapsulado




   Como ya sabréis la noticia de esta semana santa no es el tiempo lluvioso, las religiosas procesiones, los muertos en la operación salida o los resultados de la Liga de Campeones. La noticia es el encapsulamiento de media humanidad por culpa de un bichito, cosa que viene sucediendo cada 100 años (lo de las pandemias). Y aunque sea un momento histórico yo preferiría no haberlo vivido. Pero hay que aceptar la realidad que te toca vivir e incluso sobre ella escribir (esta la 4ª o 5ª vez que intento que esto no sea un “tormento”).




   Encapsulado, mental y físicamente, desde mi cobijo desencapsulo los recuerdos de mi último paseo por el Parque Lineal para recordar el picoteo del pito real en la continua búsqueda del sustento. Igualico que nosotros estos días en los mercados de alimentos, cazando trozos de bicho mientras procuramos que no nos cace otro bicho.




   Volvió la verde primavera a lucir sus cabellos plateados por el sol, como este acer negundo, que por pobre que sea la tierra que le sustenta, su corazón está ligado a su economía, la savia de cada día. Un ejemplo del que podemos aprender todavía.




   Brotaron las flores del laurel, cuyas hojas aderezan mis lentejas preparadas en una cocina de inducción. La Tierra y la tecnología ya nos dan lo suficiente. ¿De verdad nos hace falta más y más?




   Se ereccionaron los estambres sobre la cama de los rosados pétalos del ciruelo, dispuestos a polinizar. Sabe que de él depende reproducir la especie con otros cercanos, su sentido de la globalidad no le lleva a pedir inseminaciones de países lejanos. Nosotros todo lo externalizamos.




   Siguió la cerraja floreciendo en la frontera entre las malas y las buenas hierbas. Se conforma con una renta básica que le llega para ir tirando, mientras forma un cinturón verde en las urbes que las van dejando. Tal vez fuese el momento de irlas ayudando.




   Las amarillas florecillas de la mostacilla se alzan erguidas reclamando la visita de esos bichitos que la ayuden en la polinización. Luego volverán a encapsularse en sus semillas. Todo está relacionado y tiene sus ciclos. Todo pasa, todo fluye.




   La medicinal malva se reivindica como planta de servicio público, pero en nuestra ignorancia seguimos confundiendo valor y precio, despreciándola para luego cuidar de una exótica planta privada que en los momentos difíciles no nos sirve para nada.




   También se abrieron hermosas y efímeras florecillas sin nombre (lo desconozco), que parecen enseñarnos que la muerte es parte de la vida, que el sentido de nuestra breve existencia es simplemente vivir la vida sobre esta patria planetaria a la que llamamos Tierra.




   La urraca (Pica pica) tan bonita ella, no me simpatiza por sus hábitos depredadores. Al igual que los humanos es omnívora y carroñera, generalmente monógama aunque rápidamente remplaza a la pareja muerta por una más joven. Nos diferenciamos en que no tenemos alas y compramos la comida envasada.




   Se cubrieron las desnudas ramas de brotes que ya serán hojas. Se han vaciado los caminos de caminantes urbanos. Extrañados estarán los seres alados. Añorando está mi ánimo volver a los paseos cotidianos.




   Saturados estábamos de smartphones y ciberespacio, los mismos que se han convertido en nuestros mejores amigos en estos momentos de clausura sin prisas, cuando es una virtud ir despacio. Hasta los abandonamos a las 20 horas para aplaudir solidariamente desde balcones y ventanas al personal sanitario, al de la limpieza, el transporte, el comercio, la seguridad, . .




   Seguimos agarrándonos a la vida como el agateador común, más fácil de escuchar su agudo “tsiiit, tsiit” que verlo (no digamos fotografiarlo), se agarra a la corteza de los árboles. Poco importan las ideologías enfrascadas y las banderas cobertoras en esta guerra biológica en la que estamos. 




   Sobre el suelo de grava de granito veo a las procesionarias (Thaumetopoea pityocampa) que han sobrevivido a las trampas, los pesticidas y aplastamientos de caminantes y ciclistas. Quieren enterrarse para después eclosionar en forma de mariposilla, pero son el plato favorito de las abubillas que hábilmente las desentierran para incorporarlas a su proteica dieta. Ellas y nosotros queremos hacernos un capullo para encapsularnos ante esta hostil realidad. Ellas aceptan con naturalidad el ciclo de las naturales metamorfosis. A quienes hemos tenido todas las comodidades del estado del bienestar, estas cosas nos cuestan más.




   El árbol del ámbar (liquidámbar) vuelve a brotar en otro intento más por sobrevivir a su prehistoria adaptándose como puede a los artificiosos suelos urbanos. Nosotros también deberíamos aprender de nuestra historia para poder ir adaptándonos a esta extraña primavera, pero mucho me temo que en lugar de reflexionar nos estemos inflando a bollos y entretenimientos vanos en el habitual ejercicio de aturdirnos para no escucharnos.




   El mosquitero macho ya empieza a defender su territorio (enfrentándose incluso a armiños y arrendajos), mientras la hembra va preparándose para la crianza. Al entrar en sus 20 metros de territorio se me quedó mirando entre las ramas mientras yo le perseguía con mi cámara japonesa, mi chándal camboyano y mis zapatillas vietnamitas. Yo me sentía en el derecho de acosarle desde la superioridad que me da mi raza ibérica de puro cebo. ¡Hasta ahí podíamos llegar!


          Salud y ánimo.

3 comentarios:

  1. Con las lentes que nos proporciona "Alcaudoncillo", viajamos a través del universo real de seres y sensaciones que nos conectan furtivamente con lo mejor de todos nosotros: la comprensión de que lo que nos rodea puede vivirse de mil maneras maravillosas. Gracias.

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  2. SALUD.
    Es gratificante constatar que desde aquellos ya tan lejanos días de nuestra efímera juventud desde la que comieza nuestra historia compartida aprendemos, en ocasiones por puro placer,otras porque "a la fuerza ahorcan ",las más de las veces de manera "espontánea", un sinfín de habilidades y triquiñuelas a lo largo de la cortísima existencia que nuestra biológica constitución nos permite.
    Felicitaciones querido amigo por hacer posible que un personal y dilatado en el tiempo
    esfuerzo por tu parte revierta en el "papiro" que tengo en mis manos ofreciéndo,sin pedir nada a cambio,una gratificante modalidad de llenar mi,ahora ralentizado,espacio-tiempo.
    Gracias.
    P.D.Salud,paciencia,perseverancia,esperanza.

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