lunes, 7 de marzo de 2011

Tormenta en un disco duro.

Son tantos los pensamientos que se acumulan en nuestros discos duros al cabo de un día, que apenas tenemos tiempo para reflexionar sobre ellos. Saltamos de programa en programa, de ventana en ventana, de archivo en archivo cual pajarillo insectívoro que persigue a su presa de rama en rama. A veces alcanzamos la presa a la que llamamos objetivo, meta, resultado, … y nos la embuchamos. Hasta que nos damos cuenta de la relativa importancia de tantas cosas.

La satisfacción por el logro dura poco, enseguida necesitamos nuevos estímulos para que nuestro súper procesador neuronal de doble hemisferio se sienta vivo. Pasado un tiempo es tanta la información (datos, emociones, sensaciones, recuerdos, ilusiones,…) que tenemos acumulada que creemos saber de casi todo y nos lanzamos al mundo con nuestra verdad en la boca (o en la tecla). Necesitamos comunicarnos.

Así es que pasados unos meses desde la última entradita, las experiencias almacenadas se mezclan con los sentimientos retenidos y los anhelos deseados en una especie de gazpacho mental. Los problemas laborales se adhieren a las pérdidas de los seres queridos, el consumo se incrusta en la salud, la fiesta hace sombra a la deriva de la humanidad, y yo tratando de añadir mi cubito de caldo concentrado de palabras e imágenes a este ciberpuchero internauta.

Desde el silencio paladeo el aroma de los almendros en flor, sufro ante la injusticia, me entretengo haciendo que hago, miro al cielo dudando de las certezas y termino recorriendo el camino ya por otros recorrido. Al final es el aire en mis pulmones, la amistad, el sol diluyéndose en el horizonte oculto, el chapoteo contenido del agua de la fuente, el mirlo silbando en el crepúsculo, la reposada caminata por las circunstancias que me rodean, …. el parque lineal que todo urbanita necesita para calmar la tormenta del disco duro.

2 comentarios:

  1. Eso me recuerda que ayer caminando por el parque la Quinta de los Molinos, salida espontánea y familiar con motivo del día de San José y Don Consumo Comercial, pude darme cuenta de que mi disco duro estaba sobrecargado a niveles cercanos a la fusión nuclear, no fui consciente de ello hasta el momento en que mis pensamientos más tortuosos se fueron diluyendo gracias al penetrante pero sutil aroma de las mimosas, que como unas campeonas y a pesar de las fechas en que nos encontramos, seguían repartiendo fieles su vibrante y reconfortable fragancia hipnótica.

    Excelente articulo que nos recuerda la importancia de formatear nuestros discos duros cada cierto tiempo, quizás deberíamos aprender más de los sufridos árboles de ciudad… Son ellos los que mejor captan la Energía, canalizándola desde su copa hacia sus raíces más profundas, manteniéndose fuertes, serenos, fieles… los cuales reparten, sin apenas darnos cuenta, sus maravillosas e infinitas bondades...

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  2. Estupendo simil del ordenador con el cerebro humano. La ventaja del ordenador es que podemos ver los archivo que tenemos y que no usamos o no nos sirven y ahí podemos darnos cuenta de todo lo superfluo que tenemos en nuestra vida. Pero en la mente los pensamientos no los podemos controlar tan facilmente.
    Preciosas fotografías. Un beso Anais

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