martes, 16 de diciembre de 2008

Navidad, Navidad, dulce Navidad

Ya se siente la corriente de la navideña festividad. Un deseo de trascender nuestra biológica existencia nos impulsa a celebrar la fraternidad entre todos los seres humanos.
Nos deseamos lo mejor en estos días en que celebramos el nacimiento de un pobre que se rebeló contra el sistema establecido y que terminó torturado hasta la muerte por defender sus ideales de igualdad, justicia y amor al prójimo.
Veinte siglos después Palestina no está ocupada por el imperio romano, existe la Declaración Universal de los Derechos Humanos y una organización mundial que vela por su cumplimiento en todos los rincones del planeta, los países más ricos son solidarios con los más pobres, la avaricia y la codicia han dejado sitio a la cooperación y la solidaridad, el hombre busca la felicidad en la armonía con la Naturaleza respetando todas las formas de vida más allá de la artificial acumulación de cosas innecesarias, el homo sapiens utiliza su inmensa inteligencia en la construcción razonable de una sociedad libre, sin guerras y equilibradamente sostenible pensando en las futuras generaciones.
La humanidad se esfuerza por lograr la justicia y el amor entre todos los hombres tal y como predicaron, con pequeñas diferencias en lo sustancial, Akhen Aton, Moisés, Confucio, Lao Tsé, Buda, Isaías, Heráclito, Sócrates, Jesús, Quetzalcóatl, Mahoma y tantos otros. Atrás quedaron los enfrentamientos sectarios impulsados por iluminados poseedores de la verdad absoluta. El ser humano, en toda la Tierra, mira con esperanza el porvenir y se siente en unidad con el Universo.
Pese a todo esto, existen raros personajes que se empeñan en criticar el justo orden socioeconómico de la sociedad contemporánea, la alegría nutricia para celebrar la efemérides, la generosa satisfacción de las modernas necesidades, … Hipócritas egoístas que aprovechan para estar con los suyos y descansar en las vacaciones de Navidad. Son pobres de espíritu incapaces de celebrar la alegría de estos días, a los que es mejor ignorar.

4 comentarios:

  1. Ya somos dos cosas las que compartimos, nuestro amor por los ordenadores y por la Navidad.

    Es paisaje en invierno es bonito, no como la hipocresía de decidir que es en esa ápoca cuando debemos de preocuparnos por los demás y acordarnos de los seres que queremos.

    Ya me contarás qué mundo has descrito, yo quiero vivir en él, xD.

    Me ha gustado cómo escribes.

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  2. Sería hermoso que esta sociedad que describes aunque utópica pudiera ser cierta.
    Porque toda manifestación tienen que ser primero formuilada, pensada o escrita para que se pueda materializar.
    Las utopías tienen de bueno que aunque parecen irrealizables , son la semilla de una posibilidad, que se pueda manifestar.
    De hecho, cuantos acontecimientos histórticos nos han demostrado ser frutos de una idea utópica.

    Aprovechemos estas fechas navideñas en las cuales la mayoría de las personas estan mas sensibilieras, más abiertas a las bondades del amor, para que utopías tan bellas para este planeta y sus despistados habitantes tomen más fuerza.

    Bs Anaisay

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  3. Así tendría que haber sido, y en ese mundo que has descrito estaríamos mucho más a gusto los raros personajes e hipócritas egoistas que creemos que esto es una utopía. Se ve que somos unos descreídos, y en nuestra torpeza somos incapaces de ver la realidad.

    Genial texto, esperemos que se enteren los que deben hacerlo.

    Lomejor para ti, en estas fechas y siempre: salud, paz y libertad.

    Un abrazo.

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  4. Sería el mundo feliz que se auguraba?
    Y lo sorpredente es que la gran mayoría cree haberlo conseguido!!
    Besos pobres de espíritu!

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