miércoles, 24 de diciembre de 2008

“Basura” e idolatría.

Paseando por el Parque Lineal de Palomeras en busca del contacto con la naturaleza (aunque sea cautiva), trato de equilibrar el cuerpo y la mente de urbanita en el siglo XXI. Me encuentro con el aire fresco de una mañana soleada de invierno y un horizonte sembrado por la civilización del “hombre libre”. Los malos humos de la ciudad se han quedado estacionados sobre las edificaciones, ante la falta de viento, la escasa vegetación no da a vasto para limpiar tanta mierda. Nunca tuvieron los políticos tanta esperanza en la llegada de la borrasca atlántica para limpiar el aire de esta ciudad. Nunca el ser humano dispuso de tanta tecnología y tan poco oxígeno a lo largo de su corta historia sobre este viejo planeta. Nuestra gran inteligencia nos ha llevado a la cúspide de la pirámide evolutiva: somos el animal racional. Pero más parece que sea por nuestra obsesión por la ración que por el humano uso de la razón. Mientras la abeja liba el polen de la última floración anual del romero, igual que hace millones años, despreciando la proximidad de la autovía; los contratados jardineros se ven obligados a utilizar el último invento del doctor Bacterio para la higiene vial. Armados con potentes compresores soplan los setos para robar al suelo el generoso regalo de hojas que le hicieron los árboles. Al otro lado de los arbustos una flotilla de sofisticada maquinaria se apresta a atrapar esa materia orgánica fuera de lugar. Alguna inteligencia superior ha determinado que eso es basura y hay que empaquetarla en bolsas de plástico (otro gran invento de la Humanidad). Y es que siempre existe una solución tecnológica que nos hace avanzar, aunque no se sepa muy bien hacia donde se va. Los microorganismos descomponedores se han convertido en forzados emigrantes en un vuelo aéreo que no saben donde les llevará. Las raíces del aligustre no entienden por qué las desnudan en época de heladas. Ambos son seres poco evolucionados que no alcanzan a comprender la Planificación y el Control del Area Medioambiental de la Autoridad Municipal. El irreverente verdecillo protesta continuadamente contra la idolatría al dios Tecnos, y aunque se le suman sus compañeros de bandada, los jilgueros, las lavanderas, los gorriones y hasta los aterrorizados mirlos; su grito queda ahogado por el estruendo maquinal, en esta mañana de limpieza invernal. Cualquier día los encierran, por lo de la gripe aviar, diran.

7 comentarios:

  1. En este mundillo personal de cada uno, nos van llegando retazos de diferentes colores según sea nuestra forma de pensar. Probablamente, para la inmensa mayoría que pasan junto a los afanados sopladores de hojas caidas, ni siquiera se cuestionan si es o no perjudicial para el abono del suelo que dejen las hojas secas, pero para quien como tú ve esto como lo planteas creo que es muy positivo que lo hagas para que quien lo lea, pueda cuestionarse por lo menos si es o no necesario.
    Los pájaros, sin duda, como yo, pensaremos que estos humanos se han vuelto "locos"
    Sigue disfrutando. Bs Anaisay

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  2. Gracias. Es todo un placer estos paseos acompañándote, escuchando tanto tus reflexiones hechas para ti mismo, como lo que vas enseñándonos a lo largo del recorrido, haciendo, como señala anaisay, que fijemos nuestra atención en aspectos del entorno, de nuestras condctas, que si no fuera por tu aviso nos pasarían totalmente desapercibidos. Gracias de nuevo y a esperar, con ansia contenida los póximos paseos en tu compañía.

    Un abrazo

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  3. Creo que deberíamos escuchar el grito ahogado de los parques y bosques urbanos, nos envían continuamente mensajes de ayuda desesperada, estos espacios aun esconden rincones de amor y paz para todos los seres vivientes, tan solo hay que permanecer en silencio y fundirse en el entorno. Desafortunadamente cada vez resulta más difícil percibir el sonido claro y cristalino de la madre naturaleza, estamos rodeados de esperpénticos sonidos mecánicos por todos lados como los sopladores de hojas, coches, sierras mecánicas, radiales y la ultima moda de los jóvenes; la música? a todo trapo de los sofisticados móviles ...

    Un abrazo

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  4. Antes siquiera de que el primer hombre pusiera su pie en la faz de la tierra, los árboles ya dejaban caer sus hojas en el momento adecuado.

    Y no había allí nadie para limpiarlas.

    Y no pasaba nada.
    Simplemente, no pasaba nada.

    Porque en la naturaleza, vida y muerte forman parte de un mismo ciclo que los humanos nos creemos capaces de controlar, pensando inocente e inconscientemente que somos ajenos al mismo.

    Cuán ignorantes somos.

    En el fondo, no somos más que eso... hojas caídas.

    Un fuerte abrazo.

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  5. Eres increible! con qué facilidad te metes en el cuerpo y la mente de cada uno de los seres vivos que encuentras en el parque. Primero eres el humano que describe la gran ciudad y nos la muestra, después te puedes convertir en abeja, en raiz de alibustre, en pajarillo y serías capaz de ser el mejor reivindicador de su injusto tratamiento, siendo los grandes ignorados, a pesar de su importancia en el ciclo natural de nuestra existencia. Menos mal que hay personas que aún les "quiere".
    Y de los pulcros jardines artificiales, qué te voy a contar! cada día me sumerjo en un microplaneta de cristal, con su microclima, construído entre dos grandes autovías, con un lago artificial que ha provocado ya alguna inundación, pero siempre hay dinero para arreglarlo, eso y la limpieza de los cristales de los edificios para que brillen en su exteior, ya que no lo hacen en su interior! Donde el cesped artificial recortado en alfombras amarillea al tercer día de haberlo "pegado" al suelo, etc, etc, etc..
    En fin, alcaudoncillo que pasarse por aquí nunca es tiempo perdido!
    Y hablando de jardines, me he acordado de un chiste...
    Un jardinero le dice a otro "Seamos felices mientras podamos"
    Pues lo mismo digo!!
    Besoteees

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  6. Pues precisamente una de las mejores que cosas que puede tener un suelo es humus, el mejor tipo de suelo es el mollisol y tiene una buena capa de materia orgánica descompuesta, es el suelo modelo.

    La humanidad me temo que lo último que hace es pensar en los demás, somos egoístas por naturaleza, como todos los animales, sólo que nosotros lo racionalizamos y lo llevamos al máximo nivel, matando a todo lo que no sea persona, es penoso, pero cierto.

    Estaría bien dar un paseo por el parque hablando y criticando estas acciones, ojalá no fuese necesario hacerlo.

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