martes, 11 de noviembre de 2008

Pinreles fríos, torrao caliente.

En la cotidiana convivencia de dos mundos dispares, surgen tormentas que amenazan con inundar la barca de la común travesía. Las emociones se disparan matando a la razón y nuestro cerebro reptiliano se hace con los mandos de nuestro ser. Más que homo sapiens parecemos lagartijas luchando por el poder de nuestro ego.
Es el momento de tomarse un respiro, enfriar el recalentado disco duro y salir a pasear. Las playeras y al Parque Lineal. Nada más salir me encuentro con un grupito de mujeres ancianas que compiten por demostrar cual está más enferma, quien tiene más achaques y cual ha pasado la peor aventura hospitalaria. Mis "problemas" domésticos, pasan a ser una jilipollez en un instante. Respiro y observo la luna casi tan llena como cuando la fotografié hace cuatro semanas. Entre la bruma contaminante civilizada y el salvaje cielo, se extiende la escasa tierra arbolada.
Como una termomix, siento como se revuelven y cuecen mis problemas laborales, mis ansiedades mil veces encauzadas y mil veces desbordadas, las ausencias de los seres queridos, el futuro incierto para mis retoños, ... el ruido de mi mente dentro de mi cráneo. Sigo caminando y descubro en una rama a la viajera y mediterranea curruca cabecinegra, ajena a la crisis financiera y al psicoanálisis de los urbanitas. En busca del sustento, de la pareja, del nido, del interminable viaje. Me mira, la miro, se va, sigo.
Cuando retorno al cobijo después de la caminata, siento mi piel sudada y mi cabeza más relajada. Amainó la tormenta y ahora siento el frescor del agua canalizada, el aroma de la comida cocinada, el rumor de la familia y los amigos. Y mañana otra jornada.

2 comentarios:

  1. Gracias por permitir acompañarte en este paseo y en tus reflexiones, perfectamente descritas y que son parte de la vida diaria y cotidiana. Lo mejor, la descarga qe despues se experimenta, paraciera que se regresa con un nuevo aire y las pilas cargadas para la siguiente etapa.

    Saludos y gracias por tu comentario sobre el muro, que comparto plenamente. Yo también leía las "Hazañas Bélicas" (manda gúevos que diría el otro).

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  2. Comparto contigo el agradecimiento a todas las personas que forman mis amistades, mi familia, creo que de ellas recojo reflejos de mi misma, y me hacen sentir que estoy en casa.
    Hermosas imágenes, sin duda también son reflejo de quienes las contemplan.
    Feliz vuelta a la "normalidad"
    Besos amigo
    Anaisay

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