miércoles, 29 de octubre de 2008

Amanece, que no es poco.

Sin un objetivo concreto camino, escribo. Medito lo que veo y sigo caminando. Siento como mi ánimo otoñal pasa del veranillo de San Miguel al frío de Todos los Santos. La tierra se va cubriendo de hojas marrones que serán barridas por el viento. Me quedo ensimismado contemplando la aurora del amanecer, auténtica obra de arte de luces, sombras y colores. Respiro la energía del Universo, amenizado por el canto de verdecillos, mosquiteros y petirrojos. Se que soy un privilegiado por tener este Parque Lineal al lado de mi cobijo, y más privilegiado me siento cuando soy capaz de apreciarlo. Cuando la vieja estrella amarilla, alrededor de la cual damos vueltas, se eleva sobre el horizonte; estallan los molinillos del diente de león al contraluz anaranjado en medio de las umbrías.
Me reconforta observar que no soy el único bicho raro que madruga en día de descanso. Una pareja de ciclistas se recuestan sobre las colinas para observar el espectáculo. Un jilguero me observa desde la rama de un negundo, esperando que yo deje de molestarle con mi caza fotográfica para volver con su bandada a la búsqueda del sustento en el prado. Otros pájaros de hierro vuelan hacia el Paseo del Prado, donde les esperan los jefes de su "bandada".
Cerca de alli, los restos de un antiguo jardin real muestran todo el esplendor de los castaños de indías en el octubre madrileño y el rumor del agua de las fuentes artificiales ahogando los rumores de los civilizados motores. Por contra, en mi parque no hay recursos para tener los estanques con agua. Antes por la sequía, ahora será la crisis. Y eso que las últimas lluvías han medio llenado uno. Amanece para todos, pero para algunos más que para otros. Digo.

3 comentarios:

  1. Vengo a agradecerte tu comentario a mi "Silencios" y descubro que tienes un lugar sorprendente. He conocido tu parque hace poco tiempo a pesar de no vivir muy lejosde él y ya nos quedamos encantados de la transformación de esa zona.

    Tu blog contiene unas fotos preciosas y unos acertados textos; habrá que pasarse con frecuencia por aquí para ver todo.

    Gracias por todo y ya nos leeremos.

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  2. No sólo has madrugado, cosa que haces diariamente para incrustrarte en la M-40 como yooooo, sino que lo has hecho para algo mucho más satisfactorio para ti. Y en esta bonita mañana has sido fotógrafo, poeta, pajarillo y feliz.
    Un abrazo con plumas!!

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  3. Según tu post, amanece para todos.

    Yo creo que así es, desde luego.

    Y desde luego que para todos amanece igual. Digamos que en eso, como en la muerte, se revela la auténtica justicia divina por encima de la realidad individual de cada cual, incluidas sus posibilidades.

    La diferencia, querido amigo, es que unos ven amanecer y llenan sus ojos de luz; en tanto que otros ven la luz del amanecer y cierran sus ojos y ventanas... y continuan durmiendo sus vidas. La luz les molesta.

    Es un pequeño matiz, pero importante.

    Tu has elegido conscientemente una de las dos opciones. Yo te felicito.

    Un cordial saludo.

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