domingo, 21 de septiembre de 2008

Otoño sin lagos.

Hoy ha comenzado el otoño con la llegada de la lluvia. En mi matinal paseo por el Parque Lineal de Palomeras, me he empapado alegremente mientras observaba cazar a mosquiteros, papamoscas y abubillas. Mis zapatos nuevos llenos de barro, mi ropa mojada, las gafas y toda mi cabeza chorreando. ¡Hummm!. Se alegran los prados de grama, diente de león, llantén, verdolaga, alfalfa y otras hierbas, a las que no les había llegado el deteriorado riego "automático". La mitad del parque y la mayoría de los árboles, no consiguen lo que necesitan para sobrevivir, por falta de nutrientes (suelo) y agua. Pese a ello, es una gozada poder disfrutar de esta zona verde sintiéndome parte de la Naturaleza.
Tiene la luz ese tono gris que invita a la introspección. El aire fresco y húmedo hace que el retorno a la cueva climatizada se convierta en un acto de cálida acojida. Las verdes hojas que van tornándose marrones, resaltan en mi ventana mientras me siento frente al cibercacharro para escribir esto. Por la calle corren los regatos entre los coches aparcados. Se forman charcos donde las gotas de lluvia forman efímeras pompas que navegan durante unos segundos. Contentos etarán los ríos con el aporte de agua "salvaje" no "civilizada".
Los que siguen tristes son los dos estanques secos y abandonados, que llegaron a tener abundancia de carpas, varias parejas de patos, cipreses de los lagos, caracoles acuáticos, algas y cientos de larvas, la visita espectacular de vencejos, aviones comunes y golondrinas, además de otros seres vivos que nos arrimábamos a sus orillas para disfrutar de la presencia del líquido elemento; ese que fué el origen de la vida en este planeta.
Hoy, como una metáfora de la sociedad en la que vivimos, son cunas de cemento que acojen plásticos, botes de aluminio de alguna multinacional del refresco y otros subproductos de esta tecnocultura del consumo. En las rotondas por donde circulan los coches hay fuentes con filtros, en los lavaderos de coches se gastan miles de metros cúbicos, en los parques y barrios "históricos" no se escatima el agua. Aquí nos tenemos que conformar con los charcos de lluvia. ¿Se habrán ido los presupuestos de mantenimiento en ayudas a algún probrecito banco o empresa privada en crisis?

No hay comentarios:

Publicar un comentario